top of page
Buscar

La empatía, es mucho más que ponerse en el lugar del otro. ¿Por qué?

Foto del escritor: Lic. Sony MártelLic. Sony Mártel

Comprender qué es la empatía, después de todo, parece que no es tan sencillo.

Tenemos tendencia a pensar que sentir empatía por alguien, significa sentir la misma emoción que el otro. Según esta definición, ser empático implicaría por ejemplo, sentir tristeza frente a alguien triste o al “contagio emocional”, que se manifiesta por ejemplo, compartiendo un ataque de risa con otro.


Pues bien, no es tan sencillo. La empatía correspondería más bien a la capacidad de percibir y comprender los estados emocionales de otro individuo y a su vez, sentir una emoción adaptada a ese estado emocional. Pero a diferencia del “contagio emocional”, una emoción adaptada no es necesariamente idéntica a la del otro. Además, en estas situaciones en donde damos prueba de empatía, debemos ser capaces de hacer la diferencia entre el origen de la emoción, es decir el otro individuo, y uno mismo; algo que no sucede durante el contagio emocional.


Es así como frente a este mismo amigo triste, la empatía consistiría en detectar su tristeza, pero a ubicarse en una postura de ánimo, aliento y consuelo, con el fin de brindarle apoyo.


Ponerse en el lugar del otro.

¿Cuántas veces hemos escuchado esta expresión? ¿Y saben qué? ¡Es imposible! Nadie puede ponerse en el lugar del otro. El otro es diferente, es único, con sus sentimientos, con su historia y con sus vivencias. Al igual que lo somos cada uno de nosotros. De modo que es imposible ponerse en el lugar del otro, porque lo que al otro lo afecta o le duele, a nosotros puede parecernos insignificante. Y viceversa.


Es por eso que es importante entender de qué se trata la empatía y así poder ponerla en práctica. Lo que necesita la empatía, y que es lo que más se acerca a ponerse en el lugar del otro, es detectar las señales emocionales que envía la otra persona. Somos sensibles a la información que nos envían los gestos, las expresiones del rostro, las posturas o el sentimiento con el que se expresa, de modo que somos capaces de poder detectar los cambios emocionales sutiles en los demás, sobre todo si los conocemos bien y les prestamos atención.


Debemos estar atentos a las emociones que nos despiertan los sentimientos del otro. Está comprobado científicamente que la actividad cerebral al momento de escuchar un problema de alguien a quien queremos, no es la misma que escuchar el problema de un desconocido. La empatía, en estos casos, se genera de distinta manera pero siempre enfocada en poder reconfortar y apoyar a quien está pasando por un mal momento.


1) Escuchar.

Para ser empático, hay que saber escuchar a los demás. Si no te gusta cuando alguien te cuenta su vida, difícilmente puedas comprender su situación. Escuchar significa también ser capaz de entender. Si la persona escuchada no tiene la sensación de haber sido comprendida, entonces eso no servirá de nada. Peor aún, corremos el riesgo de generar en el otro un sentimiento de incomprensión y de frustración que agrega sufrimiento.


2) Ser sincero.

Aunque alguien tenga la necesidad de hablar, no querrá abrir su corazón a alguien que no es sincero. Precisamente, para poder hablar con franqueza, es necesario sentirse confiado. Es mucho más fácil avanzar y sentirse libre cuando lo hacemos frente a alguien atento y sincero. Te sorprenderás con las cosas que vas a escuchar: profundas, útiles, a menudo duras… Si demuestras que eres confiable y sincero, puedes significar una gran ayuda para quien está sufriendo.


3) Ser humano.

Ser humano y poner al otro por encima de todo, al menos durante el tiempo en el que intercambiamos experiencias, es indispensable para acercarnos lo más posible a “ponerse en su lugar”. Es necesario en este caso ser humano, compasivo y benévolo. Todos somos diferentes. Ubicar el sentido de humanidad en el centro del debate, permite comprender mejor los sentimientos ajenos. Y a su vez, esto es muy útil para encontrar la solución apropiada.


4) Apertura mental.

La apertura mental es una cualidad que se cultiva día a día. Para esto, es necesario sentir curiosidad y ser capaz de interesarse por cosas nuevas, sin prejuicios. Tener la mente abierta a lo que vamos escuchar nos garantiza poder hacer contactos interesantes y adquirir buenas experiencias en nuestra vida

La apertura de mente permite ampliar nuestra visión y abrir el campo de posibilidades. En materia de empatía, hace que entendamos mejor las expectativas del otro.


5) La imaginación.

Todo el tiempo estamos sometidos a situaciones nuevas que nos hacen replantearnos el orden que establecimos para las cosas, nuestras creencias y nuestras referencias. Saber adaptarse y dar prueba de amplitud mental, es indispensable para comprender lo que el otro nos cuenta, la complejidad de la situación y tal vez, hacernos a nosotros mismos replanteos morales.


La imaginación nos permite proyectarnos de manera más fácil. Nuestra capacidad de imaginar una situación, su desarrollo y su culminación, aun cuando sea una situación que nunca hemos vivido, nos permitirá poder ayudar. ¡Esto no es nada simple!


Los beneficios de la empatía.

En este mundo interconectado en el que nos toca vivir hoy, permanentemente estamos bombardeados por imágenes que muestran el sufrimiento ajeno. Es difícil salir ilesos. Las emociones de los otros se convierten en las nuestras. Y entonces también surge esta pregunta: ¿de qué manera impactan en nosotros los sentimientos ajenos? ¿Qué obtenemos a cambio? Estas respuestas te sorprenderán.


1) La empatía es indispensable para vivir en sociedad. Nos ayuda a reforzar lazos con nuestro entorno.

2) La empatía nos ayuda a comprender las experiencias ajenas y favorece la ayuda mutua.

3) Tomar conciencia de la situación vivida por otro, nos permitirá desarrollar nuestra inteligencia emocional. Viviremos futuras relaciones humanas a otro nivel.

4) La comunicación sin violencia, permite adoptar una actitud constructiva y alejar las emociones negativas. Esto contribuirá a reforzar tu autoestima. ¿Acaso no nos sentimos felices después de ayudar a alguien?

5) Ser empático te hará ver como alguien solidario, respetuoso y comprensivo que está dispuesto a entender distintos puntos de vista.


Ser una persona empática es algo que se cultiva. No temas mostrarte abierto a los demás mostrando interés en lo que te cuentan para aprender más sobre quienes te rodean. La empatía es una emoción positiva, como el amor, y ambas se aprenden y se enseñan. Interesante análisis sobre cómo podemos ser útiles a los demás. ¿Qué te pareció? ¡No dejes de comentar y compartir!



Comments


bottom of page